La tecnología al servicio de nuestros pagos

29/08/2018

Recientemente, la aplicación de las nuevas tecnologías a los servicios financieros (la llamada fintech) permite efectuar diversas operaciones de pago directamente con nuestro teléfono móvil sin necesidad de llevar encima efectivo o tarjetas. Estos son algunos ejemplos:

  • Comprar en comercios con nuestro móvil: para ello, debemos descargarnos la aplicación propia de cada entidad bancaria y elegir la tarjeta o cuenta desde la que queremos pagar. Acercando el teléfono móvil a un terminal de pago contactless y confirmando el número PIN (para importes mayores a 20 euros), podremos realizar nuestras compras.

  • Hacer y recibir pagos de manera inmediata desde el teléfono móvil: Tras descargarnos la aplicación correspondiente y asociar una cuenta o tarjeta, basta con seleccionar el número de teléfono de la persona a la que queramos efectuar el pago o elegir su nombre de nuestra agenda de contactos (no hace falta saber su número de cuenta) para que los fondos se transfieran de una cuenta a otra en tiempo real. La plataforma tecnológica que permite esta operación es, en el caso de la mayoría de bancos españoles, el sistema bizumAbre en ventana nueva, si bien otras entidades han puesto en marcha iniciativas similares.

  • Sacar efectivo en cajeros sin usar la tarjeta: a través de la aplicación correspondiente de cada banco, seleccionamos la cuenta desde la que queremos sacar el dinero e indicamos el número de teléfono de la persona de destino (que podremos ser nosotros mismos o cualquier otra persona a la que le queramos pasar efectivo). A continuación, el teléfono que hayamos indicado recibirá un SMS con un código. Tecleando dicho código en un cajero, podremos retirar el dinero en efectivo.
  • Otras operaciones, como bloquear o desbloquear nuestras tarjetas y consultar los saldos y movimientos de nuestra cuenta o tarjeta: todo ello desde el dispositivo móvil y siempre a través de la aplicación correspondiente, propia de cada banco, que tendremos que descargar.

 

Las nuevas tecnologías pueden hacernos la vida más fácil y ayudarnos en la gestión y ejecución de operaciones de pago a través de aplicaciones para teléfonos móviles, pero no olvidemos que todas estas aplicaciones están vinculadas a una cuenta o tarjeta bancaria que, aunque ya no veamos físicamente, puede acarrearnos cargos por comisiones, intereses, descubiertos y otras deudas por las que tendremos que responder.

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