¿Qué me conviene, depósito o fondo?

24/10/2024

Todos somos conscientes de la importancia de ahorrar, aunque sea una cantidad pequeña al mes, poco a poco, como una buena costumbre financiera.

Cuando lo ahorrado alcanza ya una cantidad razonable, ¿sabemos qué hacer con ese dinero? La información nos llega desde los medios de comunicación, con el boca a boca, en las propias entidades: ¿sabemos realmente distinguir entre cuentas, depósitos a plazo, fondos de inversión…?  

Como punto de partida, nos puede ser útil entender la diferencia entre ahorro e inversión.

El dinero que necesitamos para los pagos frecuentes y el día a día lo gestionamos en una cuenta, que nos permite utilizar el servicio de caja de nuestro banco y tarjetas de débito y crédito.  

Sin embargo, el ahorro necesario para afrontar necesidades a corto plazo e imprevistos, como nuestro fondo de emergencia, podemos tenerlo en un depósito a plazo o en una cuenta remunerada, que en la mayoría de los casos ofrecen una rentabilidad fija.

Ambos, cuentas y depósitos, son productos bancarios.

El ahorro propiamente dicho, el que no está destinado a ningún fin concreto, puede ser empleado en inversión. Y, para ello, es imprescindible identificar previamente nuestro perfil y conocer las características y riesgos de los productos de inversión para entender correctamente su funcionamiento.

Algunos de estos elementos son:

  • Riesgo: es decir, si se garantiza el retorno del capital invertido o si podemos perderlo, en todo o en parte. Las cuentas y los depósitos están cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos (en España, hasta un límite de 100.000€ por titular y entidad). En cambio, en los fondos de inversión depende de cada producto.
  • Rentabilidad: si está garantizada (si vamos a recibir la rentabilidad comprometida, como en la deuda del Tesoro) o depende de los resultados obtenidos (con lo que no puedo saber previamente lo que percibiré), como los fondos que invierten en Bolsa, por ejemplo.
  • Liquidez: si podemos disponer de nuestro dinero en cualquier momento o si está inmovilizado durante un plazo, en cuyo caso, la disponibilidad anticipada podría suponer un coste.

A mayor riesgo, mayor rentabilidad. Sin embargo, antes de decidirnos, debemos asegurarnos de que conocemos las características del producto contratado y su funcionamiento para evitar sorpresas desagradables.

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